Autor: Lino Morales Gómez
“Entonces le
dijo el Diablo: “Si eres el hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en
pan.” Más Jesús le respondió: “Está escrito; No de pan solamente debe vivir el
hombre”. De modo que lo subió y le mostró todos los reinos de la tierra
habitada en un instante de tiempo; y el Diablo le dijo: “Te daré toda esta
autoridad y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada, y a quien yo
quiera se la doy. Por eso, si tú haces
un acto de adoración delante de mí, todo será tuyo”. Respondiendo Jesús le
dijo: Está escrito; es a tu Dios a quien tienes que adorar y es a él sólo que
tienes que rendir servicio sagrado”. De modo que el diablo, habiendo concluido
toda la tentación, se retiró de él hasta otro tiempo conveniente”. (Lucas. 4:3.4.5.7.8.13.).
Pues bien, al parecer ese “otro
tiempo conveniente”, ya ha llegado. Estamos viendo que los hombres de este
tiempo ya le estamos rindiendo culto y tributo a los sistemas de intereses
económicos y capitalistas.
Ciertamente, Satán ya ha vencido;
ha llegado y ha triunfado. Satán ya ha ganado todas las batallas, ya ha
conseguido lo que ambicionaba desde la antigüedad, ya le rindamos pleitesía y
tributo, ya adoremos al que consigue las riquezas y el poder económico. Es lo que Satán ofrecía: riquezas a cambio de
esclavitudes y discordias, por un lado, y por otro ha establecido el infierno
en la tierra.
Lo que no fue capaz de
conseguir antes a pecho descubierto lo está consiguiendo ahora a través de sus
representantes, de sus prosélitos aquí en la Tierra. Sus adoradores
(cuales son: los financieros, los
banqueros, los especuladores, los mercenarios, los traficantes, etc.) éstos son
sus encargados incondicionales que se ponen de rodillas ante él. Los pueblos son
los que sufren las consecuencias de sus diabólicos amaños y propósitos. Ya no
necesita prometer reinos a cambio de sumisión. Ésta la consiguen sus
representantes de aquí en la Tierra
con sólo enredarnos con aduladoras y falsas
palabras, además de con palmaditas en la espalda.
Ahora somos los pueblos los
que tenemos que implorarles y pedir a los ediles del diablo que nos protejan.
Tenemos que pedir a sus prosélitos pan a cambio de trabajo. Tenemos que pedirles
un sitio donde poder servirles y entregarles nuestro rendimiento, y tenemos que
pedirles que nos protejan contra el paro y que nos salven del hambre y la
miseria.
Hasta muchas de nuestras autoridades
están a su servicio. Nuestros gobiernos de turno le piden ayuda humildemente,
se inclinan y se arrodillan ante los altares que los endiosados le han erigido
a Satanás, a los poderes fácticos que son sus representantes aquí en la Tierra. Seguro que
Satán se estará riendo a carcajadas y disfrutando de su diabólico triunfo.
Está claro que los poderosos
y engañosos medios que Satán ha empleado, los engañosos medios que le han dado
y le siguen dando su triunfo, no han sido otros más que los poderes
financieros, las bolsas de cambio de valores, los banqueros, las especulaciones
comerciales, la privatización de los elementos naturales, el derecho de
herencia, etc. etc.
Y, para darles un buen ver y
un buen tragar a todas estas diabólicas e inclementes tramoyas, sólo ha necesitado
revestirlas con piel de cordero y lubricarlas con un falso milagroso ungüento
llamado pseudo-altruismo. Con sólo dejar caer unas migajas vamos teniendo
bastante.
Con ello, ha cegado a
nuestros acomodaticios legisladores de turno, induciéndoles a declarar “legales”
esos engañosos medios. Y con esa “legalidad” ha obligado a los poderes
judiciales a que cooperen a su favor, haciéndolos fieles cumplidores de sus
satánicos designios. Satán ha conseguido que se sancione y se persiga a las
personas que se atrevan a poner en tela de juicio a las “buenas aventuras” de
esas instituciones inversoras y financieras tan pseudo-benefactoras.
Por otra parte, Satán
también ha conseguido que la generalidad de las opiniones públicas
descalifiquen a las personas que se atrevan a cuestionar la “buena labor” de
esos “alabados” medios financieros, pues no les interesa que se descubra la
verdadera finalidad de esas enmascaradas chupadoras de sangre, de esas modernas
sanguijuelas. Satán también ha conseguido desconcertar a muchas rectas
conciencias, pues una inmensa mayoría de las personas ya no son capaces de
discernir entre las verdaderas y las falsas éticas. La verdad es que todas esas
entidades financieras, aunque no lo parezcan, son más dañinas que beneficiosas,
ya que su razón de ser no es otra que la usura. La ausencia de una escala de sanos valores del sentido moral y de la
fraternidad nos está llevando a una tiranía inhumana, pues no siempre la
inteligencia sin la virtud puede llevarnos por los sanos caminos.
“Sabemos que nos originamos
de Dios, pero el mundo entero está yaciendo en el (poder del) inicuo”. (Biblia.
1 Juan. 5:19)
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