Entonces le dijo el diablo:
“Si eres el hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.” Mas Jesús
le respondió: “Está escrito; No de pan solamente debe vivir el hombre”. De modo
que lo subió y le mostró todos los reinos de la tierra habitada en un instante
de tiempo; y el diablo le dijo: “Te daré toda esta autoridad y la gloria de
ellos, porque a mí me ha sido entregada, y a quien yo quiera se la doy. Por eso, si tú haces un acto de adoración
delante de mí, todo será tuyo. ”Respondiendo Jesús le dijo: Está escrito; es a
tu Dios que tienes que adorar y es a él solo que tienes que rendir servicio
sagrado”. De modo que el diablo, habiendo concluido toda la tentación, se
retiró de él hasta otro tiempo conveniente”. (Lucas. 4:3.4.5.7.8.13.).
Pues bien, al parecer ese
“otro tiempo conveniente”, ya ha llegado. Estamos viendo que los hombres de
este tiempo ya le estamos rindiendo culto, ya le adoramos y le rendimos tributo
a los sistemas y a los poderes capitalistas.
Ciertamente, Satán ya ha
vencido; ha llegado y ha triunfado; ya ha ganado todas las batallas; ya ha conseguido lo que ambicionaba desde la antigüedad, ya le rindamos
pleitesía y tributo, ya le adoremos por haber conseguido las riquezas y el
poder. Es lo que Satán ofrecía, riquezas
a cambio de esclavitudes y discordias, por un lado, y por otro vender sus almas
al diablo. Ha establecido el infierno en la Tierra.
Lo que no fue capaz de conseguir
antes a pecho descubierto lo está consiguiendo ahora a través de sus
representantes, sus prosélitos de aquí en la Tierra. Sus adoradores (cuales
son: los financieros, los banqueros, los
especuladores, los mercenarios, los traficantes, etc.) son sus encargados
incondicionales que se ponen de rodillas ante él. Los pueblos son los que
sufren las consecuencias de sus diabólicos amaños y propósitos. Ya no necesita
prometer reinos a cambio de sumisión, ésta la consiguen sus representantes de
aquí en la Tierra con sólo enredarnos con aduladoras y falsas palabras y con palmaditas en la espalda.
Ahora somos los pueblos los
que tenemos que implorarles y pedirles a los ediles del diablo que nos
protejan, tenemos que pedirles a sus prosélitos pan a cambio de trabajo,
tenemos que pedirles un sitio donde poder servirles y entregarles nuestro
rendimiento. Tenemos que pedirles que nos protejan contra el paro, que nos
salven de la miseria.
Hasta muchas de nuestras autoridades
están a su servicio. Nuestros gobiernos de turno le piden ayuda humildemente,
se inclinan y se arrodillan ante los altares que los endiosados le han erigido
a Satanás, los poderes fácticos son sus representantes aquí en la Tierra.
Seguro que Satán se estará riendo a carcajadas y disfrutando de su diabólico
triunfo.
Está claro que los poderosos
y engañosos medios que Satán ha empleado, los engañosos medios que le han dado
y le siguen dando su triunfo, no han sido otros más que los poderes
financieros, las bolsas de cambio de valores, las especulaciones comerciales,
la privatización de los elementos naturales, el derecho de herencia, etc. etc.
Y para darles un buen ver y
un buen tragar a todas estas diabólicas e inclementes tramoyas, sólo ha
necesitado revestirlas con pieles de cordero y lubricarlas con un falso
milagroso ungüento llamado “altruismo”. Con sólo dejar caer unas migajas han
tenido bastante.
Con ello ha cegado a
nuestros acomodaticios legisladores de turno, induciéndoles a declarar
“legales” a esos engañosos medios. Y con esa “legalidad” ha obligado a los
poderes judiciales a que cooperen a su favor, haciéndolos fieles cumplidores de
sus satánicos designios. Satán ha conseguido que se sancione y se persiga a las
personas que se atrevan a poner en tela de juicio a las “buenas aventuras” de
esas instituciones inversoras y financieras tan “benefactoras”.
Por otra parte, Satán
también ha conseguido que la generalidad de las opiniones públicas
descalifiquen a las personas que se atrevan a cuestionar la “buena labor” de
esos “alabados” medios financieros. No le interesa que se descubra la verdadera
finalidad de esas enmascaradas chupadoras de sangre, a esas modernas
sanguijuelas. Satán también ha conseguido desconcertar a muchas rectas
conciencias, pues una inmensa mayoría de las personas ya no son capaces de
discernir entre las verdaderas y las falsas éticas. La verdad es que todas esas
entidades financieras, aunque no lo parezca, son más dañinas que beneficiosas,
pues su razón de ser no es otra más que la usura.
“Sabemos que nos originamos
de Dios, pero el mundo entero está yaciendo en el (poder del) inicuo”. (Biblia.
1 Juan. 5:19)
Pues
la falta de una escala de sanos valores del sentido moral y de la fraternidad
puede llevarnos a una tiranía inhumana. No siempre la inteligencia sin la
virtud puede llevarnos por los sanos caminos.